Letras de Ombligo secreto

LA MÁS BARATA SOMBRILLA
Eclipsándome igual que a la luna
en el momento en que está amaneciendo,
penetró en tu vida nocturna un nuevo sol en ascenso.
Y yo aún no me he recuperado, de aquel eclipse tremendo.
Yo envidio a quién deslumbró a mi alma querida.
Yo sin duda usaría en su contra la más barata sombrilla.
Desde entonces le veo actuar, demostrándote su claro brillo.
Me tortura que no te des cuenta, que el hielo brilla y es frío.
Y aunque bellos, el hielo y el sol, no pueden ser tus amigos.
Yo envidio a quién deslumbró a mi alma querida.
Yo sin duda usaría en su contra la más barata sombrilla.
Yo envidio a quién deslumbró a mi alma querida.
Yo sin duda usaría en su contra la más barata sombrilla.
Y así no volvería a tocarte ese sol,
Y así no volvería a tocarte ese sol, ¡ese sol!
Yo envidio a quién deslumbró a mi alma querida.
Yo sin duda usaría en su contra la más barata sombrilla.


MIEEENTE 
La “Ley de Murfi” dice que el inútil es el que llega a mandar,
y luego sólo importa mantenerse, no hay que preocuparse de más.
Pisar cabezas era necesario para ocultar la verdad:
su falta de ideas, su falta de agallas, su absoluta mediocridad.
¡Miente el Cabeza Hueca! Ser una anguila es lo que más le pega.
¡Miente el Cabeza Hueca! ¿Así que todo se lo inventaron ellas?
Aprovechando lo único que tiene, su pobre cutre poder,
contrata chicas, intenta seducirlas, muchas no lo pueden ni ver.
Las más ingenuas o necesitadas aguantan porque él es el jefe,
pero llega el día en que el tipo está caliente, y ¡ay de ti, si te resistes!
¡Miente el Cabeza Hueca! El muy anguila ahora ya lo niega.
¡Miente el Cabeza Hueca! ¿Así que todo se lo inventaron ellas?
La “Ley de Murfi” dice que el inútil ocultará la verdad.
Yo sólo espero que todas cuenten todo, todo lo que hay que contar.
¡Mira al Cabeza Hueca, va sin agallas, por su “importante” tienda.
Pero escucha, Cabeza Hueca, ¡Ni las anguilas respiran bien sin ellas!


LA SENSACIÓN FUE COMO DE FLOTAR (ONONO NONO NO)
Mis sentidos sólo vibran con aceite esencial
masajeado por tus yemas como hiciste ayer,
Amasaste mi piel, golpeaste mi piel,  acariciaste mi piel toda,
despertaste mis sentidos con aromas.
La sensación fue como de flotar, bajo las yemas de tus dedos.
La sensación fue como de flotar, flotar sin músculos ni huesos.
Onono nono noo: ya no pude hablar, ni pensar en nada más.
Onono nono noo: no podré soñar nunca nada, nada mejor.
No haré caso si me dicen: “No lo pruebes”, nunca tienen razón.
Los que hablan de oídas tienen miedo de una vida mejor.
Amasaste mi piel, golpeaste mi piel, acariciaste mi piel toda,
despertaste mis sentidos con aromas.
La sensación fue como de flotar, bajo las yemas de tus dedos,
La sensación fue como de flotar, flotar sin músculos ni huesos,
Onono nono noo: ya no pude hablar, ni pensar en nada más.
Onono nono noo: no podré soñar nunca nada, nada mejor.


MÍREME, MISS
¿Sabe, Señorita?, la vi cuando bajó de su reluciente autocar.
Enseguida algo suyo me pareció diferente a los demás.
Ya lo sé, en su país, la gente no te aborda en plena calle,
y te habla como lo más normal.
Míreme, Miss, ¿ve usted malicia en mí?,
aquí somos así, ¿me ve capaz de traicionarla?
Míreme, Miss, ¿ve usted malicia en mí?,
aquí somos así, ¿me ve capaz de abandonar a una amiga?
Deje, señorita, que la lleve a un lugar, venga y confíe en mí:
toda el alma de mi pueblo explotará ante su pequeña nariz.
Si es verdad todo eso que me dijo hace un rato en el hotel,
usted se aburriría allí, sin salir.
Míreme, Miss, ¿ve usted malicia en mí?,
aquí somos así, ¿me ve capaz de traicionarla?
Míreme, Miss, ¿ve usted malicia en mí?,
aquí somos así, ¿me ve capaz de abandonarla?

HARÍA LO QUE FUERA POR TI
Hubo un terremoto.
Se partió en dos el hotel.
Tú en un lado, yo en otro,
en un minuto imaginé
qué podía ser el mar sin oírte.
Susurrarme con suavidad
el más delicioso y tierno sonido
que una oreja pueda escuchar.
Haría lo que fuera por ti. Tú lo sabes bien.
Haría lo que fuera por ti. Tú sabes por qué.
Si la naturaleza nos quisiera así separar,
yo lucharía con ella, revolvería cada solar.
Yo te buscaría entre las ruinas que quedaron de esa ciudad.
Yo mismo sería solo una ruina y ya nada me podría importar.
Algo crujía dentro de mí. Tú sabes por qué.
Haría lo que fuera por ti. Tú lo sabes bien.
Haría lo que fuera por ti. Tú sabes por qué.
Yo no sé qué podría ser el mar sin oírte.
Susurrarme con suavidad,
el más delicioso y tierno sonido
que una oreja puede escuchar.
Todo era rechinar y crujir. Tú sabes por qué.
Lo que fuera por ti. Tú lo sabes bien.
Haría lo que fuera por ti. Tú lo sabes bien.
Haría lo que fuera por ti. Tú sabes por qué.