Letras de Atún y algas

EN LA LAGUNA DE CHURROS
En la laguna de churros se distinguían
los cinco dedos de un guante
de cuero oscuro.
Aún en el aire una estela, recordando su vuelo,
una estela oscura empezaba en la mano de una chica enfurecida.
Sobrevolaba la cara
aún asustada
de uno sentado en la silla enfrente de ella.
El se sentaba de espaldas a la laguna.
El no creyó que ella fuera
a molestarse.
La reacción fue excesiva
aunque entretenida.
El panadero intenta con la barra de pan mas alargada pescar
el guantecito flotando
en el aceite,
ya más que nada por quedar bien.
Una estela oscura que empezaba en la mano de una chica enfurecida.
¡Una de churros!
Sobrevolaba la cara
aún asustada
de uno sentado en la silla enfrente de ella.
Los fuegos artificiales han borrado la estela del recuerdo de todos.
El incidente se olvida.
Brillan las caras
brillan los churros,
borboteando, en la laguna
Una estela oscura empezaba en la mano de una chica enfurecida.
Sobrevolaba la cara
aún asustada
de uno sentado en la silla enfrente de ella.



ATÚN Y ALGAS
Siempre llueve a las doce y media en Fuente Pálida,
y la verdad es que en la camisa casi no hay un antes ni un después.
Yo me entretengo viendo al perro que se busca pulgas y hace agujeros.
No quiero barrer mi trozo de calle.
No quiero ir al barbero a que me rasure otra vez.
No sé lo que verán las turistas de la gran ciudad.
Atún, atún y algas,
otra cosa no se explica.
Y por encima de los tablones va la langosta.
El chico bizco va detrás con alguna posibilidad.
Una linda chica en el paseo va como loca buscando un buen partido,
un hombre serio como yo.
No quiero bajar a salar el pescado.
No quiero llevar a arreglar la cocina que se me estropeó.
No sé lo que verán las turistas de la gran ciudad.
Atún, atún y algas,
otra cosa no se explica.
No quiero amarrar mi bote en el muelle.
No puedo pasar la mañana en la cofradía de la mar.
No sé lo que verán los turistas de la gran ciudad.
Atún, atún y algas,
otra cosa no se explica.